Desde hace varios años, el Movimiento Antorchista Nacional ha insistido en que los partidos políticos actuales de México no van a erradicar la pobreza, el hambre o la desigualdad que existe en el país, con todos los males que estos generan, porque los partidos son el ala democrática de la clase rica y empresarial de México o porque son partidos formados por vividores que se llenan la boca de argumentos de izquierda, pero que en los hechos son peores que los políticos de la derecha más recalcitrante.
La mayoría de los partidos políticos nacionales son los representantes de la clase en el poder: de la burguesía. Y su único trabajo es cuidar los intereses de esa misma clase; es decir, cuidar que se sigan haciendo ricos mediante el trabajo y la explotación de la clase proletaria del país. De manera que un gobierno ejemplar querido y amado por los ricos de un país, es un gobierno que les permite agrandar sus carteras sin límites, manteniendo bajos los salarios, muchos de ellos en la miseria absoluta, permitiendo que los pobres deban trabajar mucho más de lo legalmente permitido, cuidando que no haya muchas vacaciones o que la salud de los trabajadores la pague el Estado y no las empresas, reprimiendo a los comerciantes ambulantes porque son competencia seria de los empresarios, comprando a todos los sindicatos del país, corrompiendo a todos los líderes sindicales para que no luchen por los intereses de los obreros o trabajadores sino que cuiden los intereses de los patrones y a todo eso hay que sumarle toda la creatividad e ingenio que los políticos tengan a la hora de reprimir las verdaderas protestas populares.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es un claro ejemplo de un gobierno que llegó a la presidencia con un discurso de izquierda, pero que en los hechos se comporta como uno de la derecha radical. López Obrador y Morena han aumentado el número de pobres en el país, han aumentado el hambre en las casas de los mexicanos, el número de desempleados, el número de niños sin escuela, el número de jóvenes sin carrera universitaria, el número de gente que trabaja para el crimen, el número de homicidios; López Obrador y Morena han aumentado el número de muertos por no tener un sistema de salud digno, como en la pandemia del Covid; se han encargado, pues, de incrementar todos los males del país.
Pero para los ricos el trato es diferente. En mayo de 2022, en un evento público en Pitiquito, Sonora, lanzó esta frase que recogieron todos los medios: “Se ayuda también a los de arriba, yo les puedo decir que no hay un rico de México que en el tiempo que llevamos gobernando haya perdido dinero, y a las pruebas me remito. Al contrario, les ha ido bien”. Y, en efecto, todos los ricos de México han incrementado sus ganancias.
¿Qué debemos hacer los pobres? Para poder erradicar la pobreza, el hambre, la miseria y todos los males que estos problemas acarrean en nuestra clase social, los pobres debemos formar un partido de nuevo tipo. ¿Qué es un partido de nuevo tipo? Es un partido que defienda nuestros intereses de clase, como la propiedad colectiva de los medios de producción, para que así se imponga salarios que nos permitan vivir dignamente, empleo pleno para todos que quieran trabajar, reducción de las horas de trabajo a la semana, derecho al descanso, derecho completo a la salud, que logre que todos los pobres tengamos una vivienda digna, que todos los niños tengan escuela y que todos los jóvenes cursen una carrera académica y maestrías y doctorados, pero siempre bajo el apoyo, la lucha y la conciencia del pueblo pobre unido. Un partido de nuevo tipo no puede resolver los problemas sin la lucha del pueblo. Claro que no. Un partido de nuevo tipo va a resolver nuestros problemas solo cuando el pueblo pobre esté unido, organizado, luchando y consciente de su lucha.
Entonces, queridos compañeros antorchistas, la tarea es muy clara para todos nosotros: organizar y educar a la clase proletaria de México y a todos sus aliados, como los campesinos y los artesanos. Es una tarea muy grande, titánica, pero gloriosa. Hay pueblos en el mundo que así luchan y así han logrado convertirse en potencias internacionales. Nosotros también podemos hacerlo.
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