Es del dominio público que cada vez que llueve en la ciudad de Chetumal, capital del estado de Quintana Roo, por muy poca que sea la lluvia, varias calles, avenidas, algunas colonias y fraccionamientos resultan con anegación y con daños producidos por el fenómeno meteorológico.
Cuanto más fuertes sean las lluvias, más graves son las afectaciones. Esto nos indica tres cosas fundamentales: primero, que el sistema de drenaje y pozos de absorción no son de la cantidad y la calidad que se necesitan; segundo, que las autoridades locales no han hecho el trabajo adecuado para que este sistema de drenaje se mantenga en óptimas condiciones; y tercero, que ha faltado que las autoridades responsables, antes de cada evento meteorológico (que ya se pueden prever), hagan limpieza del sistema de drenaje para que este trabaje a su máxima capacidad.
Se debe diseñar un buen Plan Hídrico Integral que proteja a la ciudad de las inundaciones y de fenómenos naturales parecidos. Esa es tarea de los tres niveles de gobierno y deben tenerlo muy en cuenta.
Las fuertes lluvias de la noche del pasado viernes y madrugada del sábado, que según el informe de la Secretaria de Gobierno, Cristina Torres, provocaron la precipitación de 135.2 milímetros, dejaron serias inundaciones en 120 de las 147 colonias de la ciudad, mil 564 personas evacuadas y daños materiales incuantificables. Es un ejemplo claro de lo que digo.
Si bien es cierto que, como informan las autoridades estatales, las lluvias del viernes y sábado pasados fueron “torrenciales” o atípicas, es decir, en poco tiempo llovió mucho, lo que hizo que colapsaran alcantarillas y pozos recolectores, también es cierto que este fenómeno “torrencial” ha puesto en evidencia que urge un Plan Hídrico Integral para la ciudad de Chetumal, que proteja a los chetumaleños de este tipo de fenómenos naturales.
Chetumal no puede seguir con la misma vieja infraestructura hídrica y en mal estado, porque eso, como vimos, afecta a todos los ciudadanos por igual. De los 233 mil 648 habitantes que tiene el municipio de Othón P. Blanco, 169 mil 28 viven en la ciudad de Chetumal. De estos, el 95 % resultaron afectados de una u otra manera por las pasadas lluvias.
Chetumal parecía la “Venecia de la península de Yucatán” o la ciudad de Villahermosa que se inundó completamente en el año 2007 por la falta de una buena infraestructura hídrica. Afortunadamente, no hubo pérdidas humanas, pero sí pérdidas materiales. Muchas familias perdieron sus muebles, ropa, enseres domésticos y hasta sus vehículos que quedaron completamente inundados.
Familias de todos los niveles económicos, sobre todo las más humildes que viven en colonias populares y que tienen casas con una edificación sencilla, perdieron todas sus pertenencias o casi todo.
Será muy difícil para ellos recuperarlas de inmediato, por lo que las autoridades federales, como han hecho en otros estados de la república que han pasado por este difícil problema, deben apoyarlas para que en lo inmediato puedan tener nuevamente lo indispensable en su hogar.
También, como ya dije más arriba, es indispensable e importante que en el futuro no se sigan padeciendo graves inundaciones. Se debe diseñar un buen Plan Hídrico Integral que proteja a la ciudad de las inundaciones y de fenómenos naturales parecidos. Esa es tarea de las autoridades en sus tres niveles de gobierno y deben tenerlo muy en cuenta.
Es importante que las autoridades recién electas en las pasadas elecciones del 2 de junio (senadores, diputados federales, diputados locales y presidenta municipal), todos del partido en el poder, tengan dentro de su plan de trabajo de su primer año de gestión la prioridad de hacer el proyecto hídrico para Chetumal y que se etiqueten los recursos necesarios para que se ejecute la obra lo más pronto posible, para que la ciudad capital deje de padecer este grave problema que hoy estamos viviendo y que, seguramente, de no ponerse remedio, se agravará.
La confianza que la ciudadanía puso en los candidatos de Morena que hoy ya son autoridades electas exige que estos tengan la firme convicción de trabajar para servir al pueblo, no al revés. La mejor prueba para demostrarlo es que haya verdaderos beneficios para las y los ciudadanos. Si no, como alguien diría por allí, ¡el pueblo pone y el pueblo quita! Vale.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario