Con la Cuarta Transformación México no aumentó sus inversiones, no ha podido crear nuevos y mejores empleos para beneficio de la gente, y como consecuencia, la severa crisis que enfrentamos, mientras que expertos en economía anticipan que la inflación terminará en este 2023 en 4.66 por ciento.
Desde que asumió el poder de la nación, Andrés Manuel López Obrador, se apostó a criticar al pasado para mantener el apoyo ciudadano que lo empoderó y lo convirtió en presidente, pero lejos de cumplir las promesas de campaña, como generar bienestar y desarrollo para el país, vemos cómo, lamentablemente, en la administración autonombrada de la “Cuarta Transformación”, los desaciertos y políticas económicas implementadas son las peores registradas en muchísimo tiempo.
López Obrador está en la recta final de su sexenio, y ahora es tiempo de evaluar lo que ha hecho y dejado de hacer. En el ámbito político, apuntaló al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que incondicionalmente, desde cualquier trinchera, apoyó y aprobó modificaciones a leyes que perjudican a millones de mexicanos.
En la Cámara de Diputados y el Senado de la República se cocinan y aprueban las ocurrencias del Presidente; con la justificación del combate a la “corrupción”, se aprobó la desaparición de programas que beneficiaron a millones de personas, familias, niños, adolescentes y adultos.
Sólo por mencionar algunos, están los albergues infantiles, el apoyo a programas de investigación, Prospera, el Fonden, comedores comunitarios, el Seguro Popular, ProMéxico, las Zonas Económicas Especiales, así como diversos fideicomisos que atendían programas educativos, de investigación, salud, entre muchos otros rubros.
Lo criticable de tales medidas es que se justificó que muchos de esos programas servían al gobierno como medio clientelar para beneficiarse en el aspecto político, pero al final de cuentas López Obrador incurrió en lo mismo, o peor aún, impulsó desde el poder el reparto de dinero a manos llenas a jóvenes, adultos, campesinos y personas de la tercera edad a los que materialmente esclaviza y los hace dependientes de esos recursos.
Sin embargo, todos esos recursos económicos destinados para obra de infraestructura, programas sociales, para enfermos de cáncer, para científicos y muchos más, que sí beneficiaban al pueblo, la 4T los capitalizó para ofrecer dádivas a los mexicanos y claro, para las multimillonarias obras faraónicas, emblemas de esta administración, megaobras que al final de cuentas los mexicanos no serán los beneficiarios, al contrario, seguirán recibiendo migajas mientras que un pequeño grupo de élite de poder económico obtendrán multimillonarias ganancias a expensas del pueblo y que el erario público financió gran parte de esas millonarias obras.
Con la Cuarta Transformación México no aumentó sus inversiones, no ha podido crear nuevos y mejores empleos para beneficio de la gente, y como consecuencia, la severa crisis que enfrentamos, mientras que expertos en economía anticipan que la inflación terminará en este 2023 en 4.66 por ciento.
Por otra parte, la Cuarta Transformación no ha sido capaz de crear un sistema de salud que atienda a los sectores más vulnerables de la población, ya no digamos como el de Dinamarca, sino mínimamente como estaba cuando tomó las riendas del poder. Continúa pasando el tiempo y la promesa continúa siendo eso, una promesa. No se trata solamente de responsabilizar al neoliberalismo de los problemas que está teniendo el sistema de salud en México, cuando el actual gobierno tiene ya cinco años y la desatención médica, el desabasto de medicamentos, los fallidos procesos de compra de medicinas y el deterioro en la salud, es más que evidente.
Pero el mal gobierno de López Obrador va más allá. Según cifras y proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), entre 2019 y 2022 la economía mexicana acumuló una contracción de -5.5 por ciento. Para México, esto significa que, durante el sexenio de López Obrador, que concluye en 2024, el crecimiento económico podría ser nulo. Pero incluso si el país no crece a tasas de al menos 1.8 por ciento entre 2022 y 2024 el saldo sexenal económico sería negativo.
El desempeño de la economía de México durante los primeros cinco años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido dispar. El país fue el último entre sus pares latinoamericanos en recuperarse después de la pandemia, su Producto Interno Bruto (PIB) está estancado y la inversión pública cayó.
Con la Cuarta Transformación México no aumentó sus inversiones, no ha podido crear nuevos y mejores empleos para beneficio de la gente, y como consecuencia, la severa crisis que enfrentamos, mientras que expertos en economía anticipan que la inflación terminará en este 2023 en 4.66 por ciento.
Al respecto, el desempleo en México no es un problema nuevo ni único de esta administración, pero es evidente que éste se intensificó en los últimos años, con una lejana capacidad y posibilidad de disminuirla, debido a que las erradas políticas públicas en materia laboral implementadas por el gobierno federal parecieran tener el objetivo de incrementar la desigualdad y la pobreza en vez que resarcirla.
Un mal que afecta considerablemente a los mexicanos, es la escasez de oportunidades y nada se hace para remediar este problema, asimismo, poco más de 26.6 millones de trabajadores están en el sector formal, mientras que 32.4 millones se emplean en alguna modalidad del sector informal, en la mayoría de los casos, los trabajadores del sector informal tienen derechos laborales limitados, como el acceso a seguridad social, contratos, instituciones de salud o créditos para la vivienda, de acuerdo al informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Es de lamentar que no haya las condiciones de empleo para todos y salarios justos suficientes para que los trabajadores puedan ofrecerle una vida más digna y de bienestar a sus familias, además de dar certidumbre a las empresas para que puedan invertir en México, al contrario, se privilegia la entrega de dádivas, dinero fácil a los ciudadanos para mantenerlos en control y asegurar el apoyo popular de un gobierno que hasta el momento ha sido incompetente, manipulador y poco fiable, pues todo apunta que al final terminará hundiendo al país en quizá la peor crisis económica de su historia.
López Obrador y la 4T, en este Quinto Informe no dieron cuentas de los malos resultados, de lo mal que ha conducido al país, de que está a punto de concluir su mandato, pero con datos duros, que para muchos son los peores que se recuerdan de una administración presidencial, pero para otros, los que apoyan incondicionalmente al mandatario, no cuentan para lesionar la imagen del que para ellos es el mejor Presidente que ha tenido México. Usted tiene la última palabra.
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