MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El recinto, la cultura y la necesaria organización del pueblo

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El pasado 5 de los corrientes, en el marco de la inauguración de la XXI Espartaqueada Nacional (evento cultural independiente, no gubernamental, más grande y trascendente del país), se estrenó el teatro Aquiles Córdova Morán en Tecomatlán, Puebla "Atenas de la Mixteca". Se trata de un recinto realmente hermoso, no sólo majestuoso por sus grandes dimensiones sino, además, bello y digno en sus formas, de albergar las expresiones más altas y delicadas de las bellas artes escénicas o musicales, dado que él mismo es la expresión del arte arquitectónico y que encierra en sus entrañas bellas obras escultóricas que enmarcan ricamente el estético recinto, conjunto todos que es capaz de llenar de gozo estético, paz y contento, un placer inenarrable a quién acude curioso porque ya adivina, desde lo lejos, por su imponente figura. 

Este impresionante trabajo es muestra, que puede tocarse con las propias manos, de que el pueblo pobre unido y consciente, guiado por líderes honrados hacia sus metas, puede conseguir cuanto se proponga, incluidos sus más caros y superiores anhelos e intereses comunes como los de una sociedad nueva y mejor organizada donde no haya pobreza y, por tanto, no haya tampoco desigualdad; donde todos trabajemos al unísono por el bien de todos, pudiendo así levantar obras hasta el cielo. Es la materialización concreta de un llamado permanente a la unión del pueblo, un ejemplo viviente de la capacidad creativa de éste y de la fuerza de su número cuando se organiza. Pero también es un libro de cultura abierto al mundo, enseñanza y muestra de belleza y superación profundas, es muestra y oportunidad de cultivo de las capacidades del ser humano para elevarse sobre sí mismo y la naturaleza para vivir mejor, tal como lo necesita y merece, es símbolo y ejemplo de identidad y grandeza del pueblo mexicano, de orgullo nacional y, como obra colectiva y hermosa que es, enseñanza hecha roca así como fecundo suelo para el cultivo floreciente de las artes y del espíritu humano, es baluarte del espíritu creador, y crisol del ideal del hombre nuevo, del mexicano inconforme con la vida de injusticias, pobreza, desigualdad, marginación, atraso y miserias en que hoy vivimos, pero forjador también de las almas fuertes y nobles, sensibles y solidarias, aguerridas y fraternas, verdaderamente grandes, que seguirán germinando como hermanas gemelas de las almas del resto de sus iguales.

Y era tan necesario ese recinto, como necesaria es la cultura para todos los pueblos de la tierra dado que de ella dependen la subsistencia y aún de la existencia como tales pueblos, dado que ella incluso, los hace ser ese pueblo no otro cualquiera entre todos los que habitamos el mundo, que hace iguales a sus miembros pero diferentes al resto de los pueblos del orbe entero, y los también hace dueños del suelo que habitan y sobre el cual nacieron, representándolo como su nación o su patria, con todos sus recursos y de todo cuanto en su territorio existe. 

Desde mi punto de vista, es un grito estentóreo, fuerte y claro para que lo escuche todo el pueblo trabajador, todos los pobres del país, que lanza el Movimiento Antorchista Nacional a los cuatro vientos: "pueblo pobre de México, organízate y lucha. Proletarios del país, uníos con Antorcha Revolucionaria".

 

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