MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Es tiempo de despertar

image

Se cumplen ya cuatro meses de la violencia desbordada en Sinaloa, y las consecuencias económicas de la misma no se han dejado de notar. Recientemente, el Secretario de Economía de la entidad, Ricardo Velarde, compareció ante el Congreso del Estado e informó que desde septiembre de 2024, mes en que se agudizó la crisis de inseguridad, han cerrado 699 empresas en el estado, principalmente en Culiacán. Pero hay cifras al respecto mucho más alarmantes que han sido dadas a conocer por organizaciones de empresarios, mismas que Velarde ha negado.

Los sinaloenses saben que su rutina está trastocada y cualquiera lo nota desde septiembre pasado en que se abrió la Caja de Pandora

Julio César Silvas Inzunza, presidente de la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM) estima el cierre de 6 mil empresas a nivel estatal, a causa principalmente de la violencia; ello, agregó, implicaría la pérdida de 25 mil empleos, señalando que las empresas más afectadas son las pequeñas y medianas (debate.com, 15 de enero 2025). La Confederación Patronal de la República Mexicana, por su parte, a través de distintos voceros, ha hablado de que, por los altos niveles de violencia en Sinaloa, se han perdido 18 mil millones de pesos y 25 mil empleos (forbes.com, 9 de diciembre de 2024). Es difícil tener un dato exacto en una realidad cambiante día a día. Pero de que el problema es grave, no cabe duda.

Los sinaloenses saben que su rutina está trastocada y cualquiera lo nota desde septiembre pasado en que se abrió la Caja de Pandora: las escuelas no acaban de normalizar sus horarios, ni la asistencia del alumnado, la deserción escolar se está agudizando, hay jóvenes y niños cuyas familias han optado por ya no mandarlos a la escuela para evitar riesgos; muchas empresas han cerrado definitivamente y abundan los avisos en las fachadas donde esto se declara; las que todavía no han bajado las cortinas, han tenido que recortar horarios.

El campo sinaloense ha sufrido cuando menos los dos últimos años de una crisis grave; los productores de maíz y trigo han tenido que andar de puerta en puerta sufriendo humillaciones para poder recibir unos pocos pesos más por tonelada y completar un precio que les permita seguir sembrando; enfrentan además la peor sequía de los últimos cincuenta años, con las presas con los niveles del agua extremadamente bajos, lo que ha obligado a que la superficie autorizada para siembra se reduzca drásticamente. Los agricultores de temporal, productores de frijol, sorgo, cártamo, entre otros, tampoco la han pasado bien, pues la cosecha se malogró para miles de ellos por la falta de lluvias y es la fecha en que no se les ha apoyado para recuperarse de las pérdidas. A los beneficiarios de “Agricultura para el bienestar” -antes Procampo- también se les escamoteó el pago, pues terminaba el año 2024 sin que se les entregara un peso del apoyo y tuvieron que movilizarse para que se les resolviera. Tantos problemas en el sector agrícola afectan a decenas de miles de trabajadores del campo que ven disminuidos sus ingresos, muchas veces a niveles de ruina.

A esto hay que agregarle otros sufrimientos: el empleo informal, en el que navegan casi dos de cada tres trabajadores mexicanos, la falta de servicios de salud al alcance de todos, falta de vivienda propia, entre otros que están extendidos en todo el territorio nacional; vivimos, pues, un auténtico desastre. Y lo peor es que las cosas no van a mejorar, pues los cambios que está haciendo el gobierno de Morena en la actualidad no son grandes, son totalmente inocuos para modificar sustancialmente la realidad.

Por otra parte, están las amenazas externas del imperialismo norteamericano que, buscando recuperar la “grandeza de América”, según Trump, ha iniciado una campaña masiva de deportación y cierre de fronteras a todo inmigrante, el mismo día en que tomó posesión. Un número grande de sinaloenses, (unos 330 mil en el año 2000 según noroeste.com del 26 de abril de 2021), se encuentra allá y el flujo no se ha detenido, pues el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI reportó que casi 16 mil sinaloenses emigraron entre 2015 y 2020 en pos del sueño americano. ¿Cuántos de nuestros compatriotas, de los 11 millones que se ha propuesto el soberbio y flamante presidente de los EE.UU., serán deportados?, y ¿cómo los recibirá un país sin empleo, con el crimen rampante listo para recibir en sus brazos al primer desempleado que ve? ¿Qué tiene para ofrecerles el país que los expulsó hace años con sus enfermedades menos graves que hoy? El gobierno mexicano con su discurso de “estamos preparados para recibirlos” y con los 2 mil pesos que ofrece a los repatriados, ¿piensa que atajará el futuro caos?

Los períodos de crisis siempre han sido momentos propicios para que surja una vanguardia que tome la batuta y encabece los cambios que el pueblo demanda. En México, esos tiempos están llegando. Quienes aquí han sufrido los resultados del mal gobierno del país, más los que se fueron expulsados por esos malos gobiernos también, deben saber que no podemos seguir rehuyendo a la responsabilidad de guiar un cambio auténtico en beneficio de las mayorías. “Hay hombres que viven contentos, aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.”  De estos hombres, como a los que invocaba José Martí, requiere el pueblo de México.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más