Muchos son los problemas que afectan la vida de los potosinos, el problema de la vivienda es uno de ellos. Y es que este problema bajo la 4T, que ha dicho que “primero los pobres”, se ha agravado y no tendrá solución. Al abordarlo, no sólo me refiero a la carencia de vivienda, al que las familias renten o vivan con familiares que les prestan un espacio, al hacinamiento, sino también a la calidad de la misma, es decir, de qué materiales están hechas a si son espaciosas o si cuentan con todos los servicios básicos, etc., etc.
Y es que, aunque la ley de leyes en nuestro país, la Constitución Política, establece en su artículo 4to, “que toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”, éste queda en letra muerta en nuestro país y en el estado.
Sobre la importancia de contar con una vivienda, veamos que dice La Organización de las Naciones Unidas: “La vivienda constituye la base de la estabilidad y la seguridad de los individuos y las familias. Es el centro de nuestra vida social, emocional y a veces económica y debería ser un santuario donde vivir en paz, con seguridad y dignidad”.
La verdad es que estamos muy alejados de lograr ese objetivo sobre el derecho a la vivienda digna aquí en San Luis Potosí: “De dos millones 822 mil 255 habitantes, un millón 207 mil potosinos viven en pobreza. Además, en la entidad hay un índice de hacinamiento de 2.5 personas por habitación. El Coneval afirma que 462 mil 849 potosinos (el 16,4%) carecen de vivienda de calidad” (Buzos de la Noticia, 3 de junio de 22).
A la posibilidad de que una familia con su salario pueda hacer mejoras en su vivienda, es imposible con el manejo que la 4T hace de la economía. Y es que la inflación que vive México abona a agudizar el problema de vivienda: “Los costos de la vivienda incrementaron hasta un 20 por ciento debido al aumento de las materias primas, informó el presidente de la Cámara Nacional de la industria de la Construcción (CMIC), Juan Manuel Pérez Herrera”. “Mencionó que los precios de materiales como acero, la malla y la varilla, así como el cemento y asfalto detonaron de los índices inflacionarios, lo que está causando afectaciones severas al sector de la construcción” (Paola de la Rosa, Plano Informativo, 24 de julio de 22).
El problema de la vivienda en san Luis Potosí es seguramente mucho más grave de lo que nos dan los datos que arrojan instituciones como CONEVAL, INEGI y las distintas cámaras involucradas en desarrollo de la vivienda, pero, nos dan una idea de la gravedad que se tiene en materia de vivienda.
Y eso lo viven en carne propia miles y miles de potosinos que carecen de vivienda, o si la tienen es de mala calidad, ya que viven hacinados y sus hogares están en colonias que carecen de los servicios básicos como drenaje, agua potable, electricidad. “En la capital potosina al menos 45% de los fraccionamientos no están municipalizados, lo que impide que reciban servicios básicos como agua potable, alumbrado público y recolección de basura, confirmó Benjamín de Alba Fuentes, director de Desarrollo Urbano del ayuntamiento capitalino” (Plano Informativo, 5 de febrero de 22).
En la capital potosina tenemos cientos de colonias como: Margarita Morán, La Chimalhuacán, Luis Córdova Reyes, Manuel Serrano, Ampliación Magueyes, Fraternidad, Los Duraznos; sólo por mencionar algunas, que al no estar municipalizadas no tienen acceso a servicios básicos a pesar de contar con muchos años de existencia, colonias donde habitan familias muy humildes conformadas por obreros, albañiles, comerciantes, trabajadoras domésticas. Está claro que al no contar con servicios básicos la calidad de vivienda es mala.
Para acabar con el problema de la vivienda que padecen los mexicanos más pobres. Se requiere que el gobierno destine los recursos económicos necesarios para promover en cantidad y calidad vivienda para las familias que carezcan de ella, se requiere, asimismo, que se dote de los servicios básicos a las colonias quitando el pretexto de que no están municipalizadas. Pero esto no es prioridad del actual gobierno de la 4T quien está más interesado en sus megaproyectos y programas electoreros.
Se requiere echar a andar un plan como el propuesto por el Movimiento Antorchista, y que resumo así: trabajo para todos los mexicanos en edad de trabajar; salario bien remunerado; una política fiscal progresiva, donde pague más impuestos quien más ingresos tiene; y reparto más justo y equitativo del gasto para realizar obras de infraestructura.
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