El jueves 24 de febrero, por la noche, las redes sociales en México nos sorprendieron con imágenes de la intervención armada de Rusia contra Ucrania. A partir de ese momento, las grandes cadenas de noticias, los medios informativos y la internet, en manos de intereses norteamericanos y europeos, han realizado una intensa campaña para que la audiencia mundial repruebe el ataque de Rusia a Ucrania, alegando al derecho a la libre autodeterminación, la libertad y la democracia violentados por las supuestas ambiciones expansionistas e imperialistas del Gobierno ruso.
La intervención militar es cierta, pero los motivos difundidos son falsos, no es Rusia la que promueve la agresión.
Veamos, el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró que se trataba de una “operación militar especial” para defender Donbass, región al este de Ucrania. El objetivo se centra en “proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años y para ello nos esforzaremos por desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Y también para llevar ente la justicia a quienes han cometido numerosos y sangrientos crímenes contra la población civil”, señaló.
La intervención es una respuesta a los bombardeos, asesinatos y violaciones a los derechos humanos de la población ruso-parlante de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, recién reconocidas como independientes por Putin, cometidos por grupos paramilitares neofascistas, tolerados por el gobierno de Kiev.
Washington promovió el fortalecimiento de grupos ultranacionalistas, admiradores de Hitler, con los que dio el golpe de Estado en 2014 y derrocó al gobierno de Viktor Yanukovytch para imponer un gobierno a fin a los intereses de occidente.
“El nuevo poder de Kiev apoyó la formación de los llamados batallones voluntarios, los más combativos de los cuales están integrados por miembro de grupos paramilitares nacionalistas y neonazis, financiados y equipados por oligarcas ucranianos. Sus miembros a menudo estuvieron involucrados en crímenes de guerra, desde saqueos y violaciones de los civiles hasta la tortura y asesinatos de los prisioneros” (Sputnik, David Armas Paz. 27/02/2022).
Batallones como Tornado, Aidar y Azov, se ocuparon en amenazar, secuestrar y asesinar a la población civil, periodistas y opositores al golpe suave en Kiev.
El gobierno de Moscú denunció las atrocidades cometidas por los grupos neonazis en contra de la población prorrusa, ante las autoridades ucranianas, que optaron por ignorar los crímenes y violaciones a los derechos de las víctimas.
El hostigamiento a la nación rusa por el poder hegemónico de Estados Unidos y el intento de incorporar a Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), para instalar ahí bases militares que amenacen permanentemente a Rusia, explican también la respuesta ofensiva de Vladimir Putin.
“El expansionismo de la OTAN hacia el patio trasero ruso hace parte de la aceitada estratégica política de seguridad de Europa, liderada por Estados Unidos. Cuando se analiza con detenimiento el mapa de las ubicaciones de las fuerzas de la OTAN en Europa y Asia, se concluye que se encuentran cercanas a las fronteras rusas e iraníes, y desde luego, ambos países están rodeados por laboratorios biológicos y por más de 40 bases militares de Estados Unidos y la OTAN, localizadas estratégicamente”.
En parte, los conflictos en Ucrania se derivan del interés que tiene Estados Unidos y la UE de incorporar Ucrania en el eje de la OTAN para aumentar la influencia geoestratégica en el patio trasero ruso (América economía. José E. Mosquera. 07/07/2021). “Si la OTAN se estableciera en Ucrania sus misiles tendrían la capacidad de atacar ciudades como Moscú o San Petersburgo, en 5 o 7 minutos, según el misil.
Putin consideró inaceptable esa amenaza a la seguridad nacional rusa y se preguntó cómo reaccionaría Washington si su país instalara bases militares en la frontera de Estados Unidos con México o Canadá.
Hay un bando agresor, Estados Unidos y la OTAN, y otro agredido, Rusia. En esto no puede haber confusión alguna” (Página12. Atilio A. Borón. 25/02/2022).
Rusia ya reaccionó. Ucrania no hace sino el papel de peón en el tablero de ajedrez de Estados Unidos para acercar su poder militar a las fronteras de Rusia, pero queda claro que la considera una pieza sacrificable por la que no arriesgará nada más.
Sacrificar a Ucrania le permite a Estados Unidos engañar al mundo al erigirse como el gran juez pacificador que condena al agresor e interviene imponiendo severas sanciones o amenazando con una respuesta bélica. A la farsa se suman las naciones que admiten “implícitamente” su vasallaje a la hegemonía norteamericana y a quien conceden más armas, milicia y dinero para apoyar un nuevo golpe contra Rusia para imponer sus nefastos intereses.
Sin embargo, el pueblo ruso tiene la capacidad para afrontar un mayor bloqueo comercial, financiero, económico y tecnológico, sobre todo, por su alianza con China; en cambio, las sanciones impuestas a Rusia pueden afectar más a los países europeos y a la economía mundial dada la dependencia de energéticos rusos como son el gas, la gasolina y el carbón, pues no hay país capaz de cubrir la demanda de estos energéticos sin la participación de Rusia.
Tampoco se le puede excluir de la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (SWIFT); es decir, del sistema de mensajería que utilizan los bancos para realizar pagos internacionales de forma rápida y segura, porque podría afectar al dólar estadounidense como moneda de cambio, ya que Rusia puede utilizar otros canales para realizar sus pagos; por ejemplo, el sistema de pagos Chino que compite con SWIFT, fortaleciendo así al sistema Chino y realizando sus transacciones financieras en otra moneda distinta al dólar.
Rusia ha desarrollado una de las mayores ofensivas bélicas del mundo, su arsenal de misiles balísticos es el más grande del mundo, con los que puede responder por aire, mar y tierra. Entre sus mísiles se encuentra el misil balístico intercontinental MS-28 Sarmat (Satán 2), con capacidad para llevar 10 ojivas nucleares pesadas o 16 ligeras, con 40 megatones, 2 mil veces la bomba de Hiroshima, tiene un radio de acción de 10 mil kilómetros que equivalen casi al diámetro de la tierra que es de 12 mil 742 kilómetros y una velocidad supersónica de 24 mil 500 kilómetros por hora, que hace imposible interceptarlo o ubicarlo. Su capacidad destructiva abarca un radio mayor a 500 mil kilómetros cuadrados.
De escalar el conflicto Rusia contra Ucrania, la conflagración mundial es inminente y de ser el caso no habrá país en el mudo que pueda librarse de la devastación y el colapso económico.
El intervencionismo criminal y asesino de Estados Unidos y la OTAN son los responsables de poner en serio peligro a la humanidad entera, el mundo debe pronunciarse en contra de la expansión de la OTAN, el financiamiento de grupos paramilitares y fascistas, y en contra del obligado sometimiento a la hegemonía que pretende imponer Estados Unidos al mundo entero por la vía de las armas y la aniquilación de pueblos completos, al fin de cuentas esa es la demanda de Rusia para terminar con su intervención en Ucrania.
El problema es que los gobiernos siguen apoyando el intervencionismo norteamericano, siguen enviando armas, soldados y dinero para enfrentar a Rusia, que sin duda responderá y no lo hará sola. Podemos estar viviendo los últimos días del mundo tal y como lo conocemos, esperemos que la civilidad humana pase ésta difícil prueba.
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