Una vez pasadas las votaciones en nuestro país, todos esperaríamos que este Gobierno que está por comenzar con Claudia Sheinbaum realmente se ponga a trabajar, a gobernar para todos, pero sobre todo que ahora sí se cumpla ese lema de primero los pobres, porque en el sexenio de López Obrador que está por concluir se hizo de lado.
Sin embargo, los nuevos tiempos no se auguran muy favorables, porque todo pinta, como lo han descrito varios analistas, que el “nuevo” Gobierno solo será una calca del anterior que está dejando a México sumido en un clima de incertidumbre, violencia e inseguridad.
Un Gobierno corrupto, como este, reserva los datos por diez o quince años y dice que es por seguridad nacional; un Gobierno corrupto quiere desaparecer a los órganos autónomos del Estado que revisan al Gobierno, como el INAI.
Es importante que todos los mexicanos estemos alertas y, sobre todo, exijamos cuentas claras y que los recursos públicos se inviertan en mejorar las condiciones de vida de los cien millones de mexicanos que continúan sumidos en la pobreza, pues el Gobierno de AMLO mucho prometió, pero los hechos que valen más que mil palabras demostraron los engaños.
Es importante destacar que nuestra intención como organización no es atacar a López Obrador, no, pero creemos que es muy necesario poner los puntos sobre las íes sobre los problemas más graves a los que se enfrenta México y todos los mexicanos, y que quede al descubierto la incapacidad de este personaje para enfrentarlos y resolverlos.
El presidente dijo que iba a acabar con los problemas fundamentales de este país, entre ellos: la pobreza, la inseguridad, el ineficiente sistema de salud, y para ello aseguró que el problema fundamental era la corrupción; que una vez que se acabara con la corrupción, todos los problemas se resolverían.
Recordemos que durante su campaña en 2018 López Obrador afirmó que en su administración “no habría amiguismo, nepotismo e influyentismo, mucho menos corrupción e impunidad”, pero sabemos que el Índice de Percepción de la Corrupción 2024 (IPC), elaborado por la organización no gubernamental Transparencia Internacional, informó que México recibió una calificación de 31 puntos, situándolo en el lugar 126 de 180 países con más corrupción. Por cierto, este sitio lo viene ocupando México por cuatro años consecutivos. Los indicadores confirman que este ha sido el Gobierno más corrupto de la historia.
Un claro ejemplo de la corrupción en este Gobierno es el caso Segalmex, en el que se desviaron 12 mil millones de pesos y hasta el momento no hay ni un solo detenido.
Además, en el sexenio de AMLO se han registrado varios escándalos ligados a la corrupción en los que son utilizadas empresas fachada para hacer desvío de recursos.
Todos sabemos de los sobres amarillos del hermano de López Obrador, la retención del 10 % de salario que hacía Delfina Gómez a los trabajadores públicos de Texcoco para financiar ilegalmente a Morena, la casa gris del hijo del presidente, etcétera.
No nos confundamos. Debe quedarnos muy claro que un Gobierno transparente que combate la corrupción publicita datos, resultados de estudios, análisis, no los esconde, permite el acceso a la información.
Un Gobierno corrupto, como este, reserva los datos por diez o quince años y dice que es por seguridad nacional; un Gobierno corrupto quiere desaparecer a los órganos autónomos del Estado que revisan al Gobierno, como el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI).
Entonces, ¿qué ha pasado con la corrupción? La corrupción sigue viva, la llevan a cabo los políticos en el poder y los empresarios a quienes sirve la clase política. Los grandes negocios que hacen entre ellos.
La corrupción está en la refinería “Dos Bocas”, que de 8 mil millones de dólares elevó su costo hasta 20 mil millones de dólares; el Tren Maya, que de 150 mil millones de dólares que costaría, costó 500 mil millones de dólares; estos son solo algunos ejemplos de cómo se ha incrementado en este sexenio la corrupción.
La corrupción sigue rampante. Los grandes ladrones siguen haciendo de las suyas y roban el presupuesto nacional. Volvemos a preguntar: ¿Dónde está el combate a la corrupción?
Antorcha sostiene que, si bien es cierto que la corrupción es un problema grave con el que se tiene que acabar, la causa fundamental y esencial de la pobreza en nuestro país, y de los muchos problemas que tenemos, es el injusto reparto de la riqueza nacional.
Un solo polo de la población del país, o sea, los ricos que no llegan ni a medio millón de personas, acumulan el 70 % de la riqueza nacional. En el otro polo está la pobreza, los pobres que rondan alrededor de los cien millones de mexicanos.
Este fenómeno se debe al sistema en que vivimos, “el capitalismo”, este sistema económico que no tiene un mecanismo automático para repartir la riqueza. La riqueza se queda con los de arriba, con los fabricantes, con los propietarios de los medios de producción.
Al otro polo social le toca vivir en la miseria, le toca vivir con salarios miserables o en el trabajo informal, vendiendo lo que pueden, sin ningún tipo de asistencia social médica, por lo que uno se pregunta: ¿de dónde se curan? ¿de dónde se visten?
México es la economía número quince del mundo, de 195 países; estamos casi a la cabeza de los productores de la riqueza mundial, pero sucede que la cobija que debía cubrirnos a todos se va de lado.
Si queremos que se reparta la riqueza, es el Gobierno el que debiera hacerlo, y como no lo hace, la pobreza sigue imperando en nuestro país y el pueblo sigue sufriendo.
Hablando de la seguridad social, de la salud de los mexicanos. Al empezar este sexenio había 20 millones de mexicanos sin seguridad social, hoy hay 50 millones.
¿Y el Insabi, dónde está? ¿Dónde se fue todo el presupuesto que se le asignó? Fueron miles de millones de pesos. Al empezar el sexenio de López Obrador, el Issste y el IMSS daban 22 millones de consultas, hoy solo dan 18 millones, es decir, 4 millones menos.
¿Y en educación? Un millón de alumnos abandonaron la escuela. Nunca el sistema educativo del país había perdido tantos alumnos. Se quitaron las Escuelas de Tiempo Completo, donde los alumnos recibían comida gratuita. Ahora las madres o dejan de trabajar o sacan al hijo de la escuela, esa es la consecuencia de haber quitado la escuela de tiempo completo.
¿Y la calidad de la enseñanza se ha elevado? ¡No! Se nos impuso “la Nueva Escuela Mexicana” con libros de texto llenos de errores y mal escritos.
Con la 4T estamos mal en Lengua Nacional y Matemáticas, en Ciencias y Redacción; los alumnos leen, pero no entienden, no saben redactar una nota. Hoy la ciencia y la técnica han desarrollado maravillas en otros países, en cambio, nosotros no hacemos ni pasta de dientes, la tenemos que importar.
Los mexicanos nos estamos reduciendo a ser mano de obra barata, cada vez menos preparados, por eso las ganancias y las riquezas se las llevan las empresas y los ricos de otros países.
Y no es que a los mexicanos nos falte inteligencia, y no es que los mexicanos seamos inferiores, lo que pasa es que en nuestro país se debe de tomar en serio la educación de los jóvenes y niños, y no vulgarizaciones, como las de ahora, en el sistema educativo.
¿Y cómo estamos en Seguridad? Según el Coneval y el Inegi en el año 2018 había en todo el país 71 asesinatos por día, ahora en 2024 son 95 asesinatos por día, y alcanzaremos los 200 mil al terminar este sexenio. En este terreno el promedio mundial por cada 100 mil habitantes es de 5.3, en México por cada 100 mil habitantes es de 28.4, casi seis veces más. A los delincuentes nadie los persigue, y el presidente pide abrazos para ellos.
Esta es una guerra contra los pobres. A pesar de que AMLO atacó a Antorcha en varias ocasiones, nosotros no somos sus enemigos. Lo que hacemos es denunciar porque México sufre.
¿Cómo vamos a curar a México? Ahí está el reto. Como siempre lo ha dicho Antorcha, con la lucha organizada del pueblo, como lo aseguró Carlos Marx: “solo el pueblo puede salvar al pueblo”, y Lenin añadió: “el pueblo es una enorme fuerza política, y si se quiere, una gran fuerza militar”. Por eso la tarea es concientizarlo y organizarlo para que tenga claridad de sus problemas y de sus males. El problema del pueblo es unirse para tomar el poder y gobernar en su favor.
¿Y quién va a educar y organizar al pueblo? Sus hijos más inteligentes. Y el papel de estos es unirse al pueblo y llevarlo al camino de la lucha.
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