Después de 25 días de plantón, el antorchismo sinaloense permanece firme en su lucha por obtener respuestas satisfactorias a su pliego de demandas, de obras y acciones, que desde hace dos años y medio le plantearon al Gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel. En estos días de lucha y hasta el día de hoy, la respuesta del gobierno estatal ha sido la instalación de mesas de trabajo con las diferentes secretarías de despacho, coordinadas por el Subsecretario de gobierno Lic. Marcos Osuna.
Y a pesar de algunos avances en temas de cultura, agricultura, subsidio a la casa del estudiante "Gral. Salvador Alvarado", infraestructura educativa, están pendientes asuntos de suma importancia para los colonos y campesinos organizados, como la dotación de solares a sinaloenses sin vivienda, mejoramiento de vivienda en su modalidad de cuartos adicionales, fundación de escuelas, apoyos a la educación, y, la regularización del terreno que ocupa la preparatoria "Rafael Ramírez" de Culiacán, por tal razón, el plantón continúa hasta que estos asuntos sean resueltos.
A los antorchistas nos queda claro que solo la lucha organizada de la clase trabajadora hará posible que se mejore su nivel de vida, que todos los gobernantes de cualquier tinte político sólo buscan a los pobres cuando quieren sus votos, y se olvidan de ellos cuando ya ejercen el poder. Lamentablemente en Sinaloa no somos la excepción, pero ahí está el gobierno de Hidalgo, que encabeza Omar Fayad Meneses, mandatario que a más de 40 días de plantón antorchista, sigue ignorando a sus gobernados, creyendo que estos se cansarán y abandonarán su lucha por infructuosa; los gobernantes se equivocan, tanto en Sinaloa como en Hidalgo y en cualquier otro lugar donde Antorcha este luchando, solo lo dejaremos de hacer cuando se dé soluciones reales a cada una de nuestras peticiones.
Nos queda claro también, que en nuestra querida patria, hace falta un cambio profundo del modelo económico distinto al que hasta hoy se viene aplicando, un modelo que privilegie el progreso y bienestar de la clase trabajadora -única clase que crea riqueza y que a pesar de ello, es la que menos recibe los beneficios de esa riqueza-. Adelante compañeros antorchistas de Sinaloa, de Hidalgo y de todo el país que actualmente están luchando por salir de la marginación y el atraso, el triunfo es de los que luchan, no de los que se conforman con las migajas que el sistema está dispuesto a dar para calmar la inconformidad del pueblo trabajador.
Doy también en esta colaboración, por ser un tema de gran actualidad y muy preocupante, mi opinión sobre la crisis de salud que se vive en todo el país, ya que el sistema de salud está en una crisis cuyos efectos entre las capas más pobres, sería un saldo negativo del primer semestre de gobierno del Lic. Andrés Manuel López Obrador. Muchos aspectos de la vida social del país están paralizados, amén de que otros van avanzando muy lentamente. Por espacio, me referiré en esta ocasión al tema de salud, aspecto esencial en la vida de la población, pues se trata nada más y nada menos de la vida o muerte de personas, que sufren algún padecimiento, especialmente me referiré al desabasto de medicinas, mismo que ha sido tratado por diversos medios de comunicación y que fue motivo de la primer renuncia de un alto funcionario del gobierno de la 4 transformación.
Quiero dejar sentado, que no omito señalar que el desabasto de medicamentos, la falta de equipo especializado, personal médico y de apoyo, era -desde el sexenio pasado y en varias administraciones federales- es una grave deficiencia, y si queremos ser justos con la crítica, podemos decir que en los últimos 18 años muy poco se ha mejorado en el rubro de salud para atender, sobre todo a la población más pobre. Lo que distingue a estos seis meses es que se está dando un desabasto total, ya no sólo en los centros de salud, ubicados en zonas rurales alejadísimas, sino en hospitales ubicados en las ciudades importantes de los estados, doy datos sobre lo que ocurre en Sinaloa: hospital general de Los Mochis, de Culiacán, Guasave, Salvador Alvarado, y ni que decir de los ubicados en El Fuerte, Mocorito, y en el poblado de Pueblos Unidos en Culiacán, etc., y si esto es en los nosocomios más visibles, imaginemos lo que está sucediendo en los centros de salud que son las instancias al que acuden los más marginados ante la falta de recursos y otras opciones de atención médica.
La explicación que se nos ha dado por parte del sector salud con el que hemos tenido permanente contacto, es que el gobierno federal todavía no termina de hacer las compras consolidadas y por tanto hay que esperar. Pero esta explicación para las familias que tienen enfermos, algunos de ellos graves, no vale, máxime que el presidente de la República, desde campaña, se comprometió a mejorar sustancialmente los servicios de salud, y ponerlos al nivel de Noruega, así de fácil fue al menos el anuncio de un gran sistema de salud que vea, como usted ha escuchado, "primero los pobres".
La población no espera milagros, es decir, que las cosas se compongan de la noche a la mañana, pero tampoco que se descuide lo básico. Urge pues, que se dejen de buscar pretextos, echarle la culpa a gobiernos anteriores y empezar a dar resultados a los mexicanos, no se gana nada con ocultar las cosas, e incluso negando hechos tan evidentes para la ciudadanía, como lo es el despido de cientos de médicos y enfermeras de hospitales y centros de salud, que atendían a personas inscritas al Seguro Popular o al programa Prospera, el presidente AMLO dirá lo que quiera, pero el despido de personal médico es una realidad, los ciudadanos que tenemos contacto directo con centros de salud y hospitales somos testigos de esto.
Precisamente una de nuestras peticiones más sentidas en el plantón que sostenemos los antorchistas frente al Palacio de Gobierno de Sinaloa es que se mejore lo más rápido posible el surtimiento de medicinas y la atención médica de hospitales y centros de salud. A nuestro entender, la responsabilidad es tanto de los gobiernos estatales como del Gobierno Federal. Llamamos a todos los mexicanos, incluidos a los simpatizantes del presidente de la República, pues también ellos son víctimas de esta situación, a elevar la exigencia de una pronta mejora de los servicios médicos en todo el país, que lo prometido se cumpla, aunque sea poco a poco, pero ¡ya! Congruencia Sr. Presidente de la República.
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