Decía yo en un artículo anterior, que ante la inseguridad los estados están atados de manos; hoy agrego que no solo ante la inseguridad, sino en muchos temas que definitivamente afectan el desarrollo de la sociedad en su conjunto.
Los estados en general están restringidos de apoyo federal; bueno, eso es lo que a nosotros como organización nacional nos dejan ver tanto los Gobiernos de los distintos municipios, así como de los estados, al decir que no cuentan con el suficiente presupuesto económico para apoyar a la población en su conjunto.
Las limosnas son sólo un medio de control que le está sirviendo al poder en turno para mantenerse en el poder, pero solamente.
La falta de recursos monetarios tiene en el abandono un sinfín de necesidades: calles llenas de baches, colonias sin energía eléctrica, sin iluminación óptima, parques públicos en el abandono y en condiciones deplorables para disfrute del pueblo.
Una buena parte del servicio de transporte público colectivo y personal está en pésimas condiciones.
Las utilidades de las paraestatales o la recaudación de impuestos no alcanzan para solventar estas y otras necesidades que aquejan a la población, y no hay, no existe una propuesta que se pronuncie en favor de sacar adelante dichas necesidades.
Algo que también preocupa es que la canasta básica no ha dejado de incrementar, por mínima que sea el alza, este no para su incremento, traduciéndose en deterioro del hogar al no alcanzarle para abastecerse de lo necesario para su subsistencia alimentaria.
En los primeros seis meses de este año, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) anunció cuál es el precio de la canasta básica. Por su parte, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que tuvo un incremento.
De acuerdo con el último informe ¿Cuál fue el valor de las canastas alimentarias en mayo de 2024?, el cual publica el Coneval en su sitio web, el valor de la canasta en el ámbito urbano tuvo un aumento anual de 5.8 %; ya que pasó de 2 mil 177.45 (mayo de 2023) a 2 mil 304.37 pesos (mayo de 2024).
En cuanto a la variación mensual, la canasta básica tuvo un incremento de 0.2 %: pasó de 2 mil 298.82 (abril de 2024) a 2 mil 304.37 pesos (mayo de 2024).
Mientras que en el ámbito rural, el valor de la canasta alimentaria incrementó anualmente 6 %: pasó de mil 666.33 (mayo de 2023) a mil 767.03 (mayo de 2024). Respecto a la variación mensual, su valor incrementó 0.3 %: pasó de mil 761.74 (abril de 2024) a mil 767.03 (mayo de 2024).
Aquí el punto es que, como siempre, los afectados directos son los trabajadores del campo y la ciudad, y no hay quien se preocupe por ellos. A la clase laboral le falta hacer conciencia verdadera de su posición y tomar cartas en el asunto.
Se sigue generando mucha riqueza, pero se sigue concentrando en unas cuantas manos. Los pobres no pueden pagar colegiaturas de universidades públicas como la de Nuevo León, que son exageradamente caras, y al momento de desembolsar el pago, se ven restringidos para pagar otras necesidades como el pago de servicios domésticos como el agua, la luz, el gas doméstico, entre otros, como el servicio de internet, hoy parte de la vida moderna.
En otros casos se ven forzados a adquirir préstamos, préstamos que consiguen con intereses muy elevados, volviéndose un problema para poder pagarlos, “una pulga más, que se le carga al perro flaco”.
¿Y dónde se encuentra el gobierno de la cuarta transformación que no acaba de construir ese primer piso y ya quiere construir el segundo? Una total incongruencia hablar de semejante disparate.
Nada contra nadie, no, nosotros no buscamos entablar pleitos personales; nosotros, los antorchistas convencidos de lo que hacemos y para qué lo hacemos, pedimos y exigimos justicia y equidad.
Nuestro enemigo común es la pobreza; ahí donde haya pobreza, ahí estaremos tratando de defender al pueblo, educándolo, politizándolo y organizándolo, para que, consciente de su situación, luche por una condición de vida mejor.
La realidad es muy terca, muy dura, pero cierta; no hay manera de ocultarla. Las ayudas que da el gobierno de forma directa son sólo un mejoralito que tiene adormecido al pueblo, pero el mundo de necesidades no se elimina así.
Las limosnas son sólo un medio de control que le está sirviendo al poder en turno para mantenerse en el poder, pero solamente. Una vez que hace esto, el gobierno morenista lo hace con el único fin de perdurar en el poder, como lo hicieron otros regímenes.
Hoy “es la misma gata, pero revolcada”. Ya en algún momento se implementaron distintos programas en distintos Gobiernos para erradicar la pobreza, como el caso de “Solidaridad” con Salinas de Gortari, como medida para combatir los niveles de pobreza en pueblos indígenas, campesinos y en zonas marginales de las principales ciudades.
En el Gobierno de Zedillo, en agosto de 1997, “Solidaridad” vio su final y fue reemplazado por el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), y en marzo de 2002, Vicente Fox anunció que cambiaría de nombre de Progresa para ahora ser conocido como Oportunidades, y que también incluiría como beneficiarios a familias pobres de zonas urbanas.
Con el panista Felipe Calderón continuó y se amplió el programa y con Enrique Peña Nieto apareció el programa gubernamental para abatir la pobreza llamado Prospera. El anuncio se dio durante el mensaje emitido en su segundo informe de gobierno.
El nuevo programa contaría con apoyos como becas educativas y acceso a créditos, y que ahora las familias podrían tener más oportunidades para ingresar a actividades productivas.
Así las cosas, y en el ocaso del Gobierno moreno-obradorista con “tarjetitas y apoyos directos”, la pobreza sigue galopando en caballo de hacienda sin quien la pueda parar.
Los programas-mejoralitos solo han servido para contentar y contener al humano, pero no para solventar su enfermedad de la pobreza, enfermedad sistémica del modelo capitalista neoliberal.
Las necesidades están a flor de piel, lo que indica la falta de un cambio de raíz, donde cambie y opere el sistema de manera diferente, que los productores de la riqueza por los medios que sea, ahora se encarguen de distribuir esa riqueza producida ante toda la población, y para eso se ocupa de tomar el poder político de la nación por la vía democrática. La clase proletaria debe despertar; llegó la hora.
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