En su libro “La venganza de la tierra. La teoría de Gaia y el futuro de la humanidad” el científico, meteorólogo, ambientalista y escritor, James E. Lovelock, expresa que durante miles de años la humanidad ha explotado la tierra sin medir las consecuencias de estos actos. Ahora que el calentamiento global y el cambio climático son evidentes, la Tierra comienza a vengarse. “La Humanidad no sólo está a punto de autodestruirse, sino que todas las soluciones propuestas o aplicadas hasta ahora no pueden resolver el problema (la biomasa, la energía solar, etc.)” menciona explícitamente en su libro el mismo autor, además de dar posibles soluciones a un problema que no se solucionará, pero al que todavía podremos sobrevivir.
De esta realidad ningún ser humano escondido bajo las rocas está salvado, este es un problema que nos aqueja no solo como raza superior, si no que peligra todo ser vivo sobre la tierra. Pero este problema no es fruto del curso natural de existencia del planeta, este problema tiene de fondo el sistema económico rapaz en el que vivimos desde hace ocho siglos y que inició históricamente en Europa, cuya existencia exige una explotación cada vez más agravante de nuestros recursos naturales.
Para nadie es desconocido el funcionamiento del sistema capitalista, cuya prioridad ya no es precisamente la de solucionar las necesidades de la gente, si no la del enriquecimiento de los dueños del capital a costa de la vida de la humanidad entera. Y precisamente para lograrlo, la productividad es esencial, y para una mayor productividad, la obtención de máquinas capaces de manejarse a gran rapidez es necesaria; finalmente, para producir y reproducir estas máquinas, se requiere de mucha explotación de recursos naturales renovables, parcialmente renovables y no renovables, con el fin de obtener energía y manufacturación de insumos industriales, como por ejemplo el petróleo, la madera, la pesca comercial y la energía atómica, principalmente.
Pues como si esto fuera poco, para el mandatario nacional de México, López Obrador, el medio ambiente no es prioridad, pues no solo no impulsa acciones relacionadas en estas áreas, sino que, en primera, recortó el presupuesto de los organismos de estas ramas en un 37%. De acuerdo con una revisión que se hizo a la Cuenta Pública y a los Presupuestos de Egresos de la Federación, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la cual tiene como propósito construir políticas para proteger el medio ambiente, tuvo recortes de 2018 a 2021 de 28.07%. (datos de la revista Forbes de 2021). En segunda, impuso sus megaproyectos como el Tren Maya mismo que ha ocupado muchas bocas y páginas de críticos ambientalistas por su insostenibilidad, que ha llevado a López Obrador a pedir encarecidamente a los científicos de la UNAM dialoguen con campesinos sobre la construcción del tramo 5 de la obra. He de decir que los mismos grupos de académicos y científicos de la máxima casa de estudios son precisamente quienes han destacado riesgos e irregularidades en la construcción de ese tramo, además de que aseguraron que nunca ha habido consentimiento informado de las 44 comunidades por las que atravesará la vía del Tren Maya. Y en tercera, la tan sonada reforma energética que el señor de presidencia nacional ha venido impulsando y que se revisará este martes 5 de abril, reforma que conlleva muchos daños al medio ambiente. En este aspecto, 39 organizaciones ambientalistas presentaron un amicus, un recurso legal que terceros interponen a una causa judicial, dirigido a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para exhortar a los ministros a declarar la inconstitucionalidad de la reforma con respecto a la Ley de la Industria Eléctrica. Las consecuencias de esto último serían, según algunas instituciones de amplia solidez científica, el de un incremento en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del 65 por ciento, cosa que no nos podemos permitir en nuestra realidad.
Ante la situación climática y ambiental a nivel mundial, la necesidad de tomar iniciativas al respecto se torna urgentes, pues de ello depende la humanidad entera. México ha tenido una muy mala posición en cuanto a decisiones que conciernen a nivel internacional: a) en el aspecto de salud, donde con la pandemia nos posicionamos en 3 lugar a nivel mundial; b) económicamente, dejando al país sin recursos en muchas áreas de suma importancia y dejando a los mexicanos sumidos en la miseria; c) socialmente, permitiendo el aumento de feminicidios y homicidios a periodistas; d) y ambientalmente, aspecto que abarqué párrafos arriba. El ser humano se caracteriza porque aprende de experiencias, a diferencia de los animales que viven vivencias y que, por no aprender de ellas, pueden repetir los mismos actos una y otra vez. Nuestra tarea, queridos lectores, es aprender del error de haber puesto en manos de un improvisado el futuro de nuestro país. Que no nos pase de nuevo.
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