Mientras que la iniciativa de la reforma eléctrica todavía se discutía en la Cámara de Diputados federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador soltó tuiteó un mensaje casi amenazante. "Ya lo dije en mi informe del martes: pase lo que pase ya estamos blindados contra la traición".
Y efectivamente, tenía un plan B y ya lo está aplicando. El primer paso ha sido la iniciativa para modificar la Ley Minera, la que a todas luces es una propuesta política, más que técnica.
La iniciativa establece que "serán consideradas zonas de reserva minera aquellas en que haya yacimientos de litio". Las cadenas de producción de litio "se administrarán y controlarán por la nación a través de un organismo público". El presidente describió la iniciativa como una nacionalización, pero más bien fue renacionalización, pues de acuerdo con el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano, todos los minerales, incluidos el litio, son propiedad de la nación. Esto quiere decir que el litio ya es propiedad del Estado mexicano,
Pero las autoridades del país no están facultadas para explotar minerales, por eso las instancias responsables de las actividades extractivas, en este caso la Secretaría de Economía, otorgan concesiones a particulares para explorar, explotar y aprovechar estos materiales. Estas empresas están obligadas a cumplir con compromisos de inversión para mantener la concesión. A cambio, el Gobierno recibe impuestos, pagos por concesiones y derechos, inversión y generación de empleo, por lo que no podemos esperar nada positivo de esta nueva ley, que Morena y sus aliados aprobaron sin pasar siquiera por comisiones.
Si el Estado quiere explotar los minerales del país, tendría que crear una empresa del Estado, como Petróleos Mexicanos (Pemex) o la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y pedir concesiones como cualquier particular, pero está documentado que, en el pasado, el Gobierno mexicano ya había creado una serie de organismos públicos para manejar monopolios en distintos productos naturales, ninguno produjo nunca nada y solo estuvieron recibiendo fuertes cantidades de dinero. Es indudable que esta nueva nacionalización del litio tenga los mismos resultados.
De igual manera, lo que no dicen los promotores de la reforma a la ley minera es que para extraer el oro blanco resulta complicadísimo porque la tecnología necesaria, que no tenemos según reconoció el propio presidente López Obrador, es carísima, altamente sofisticada y difícil de conseguir incluso con el dinero en la mano.
En este mismo sentido, no se puede perder de vista que, con la 4T, la CFE pasó de tener ganancias por casi 108 mil millones en 2017 a perder algo más de 95 mil millones en 2021.
Asimismo, la actual administración federal logró que Pemex rompiera su récord de pérdidas en 2019, con más de 300 mil millones, con todo y que López Obrador dijo que hace mucho que extraer petróleo, como gobernar, no tiene ciencia.
Tampoco hay que pasar por alto el aeropuerto Felipe Ángeles en el que los vuelos programados son prácticamente nulos, o el Tren Maya, con los cambios de trazado, y los casi ocho millones de árboles talados.
Con esta ineptitud de la 4T ¿cuántas toneladas de litio vamos a tener en el futuro inmediato? Considerando que México se ubica fuera del décimo lugar de entre 23 países con reservas por certificar de litio, con lo que posee casi 2 por ciento de este material en exploración. Los depósitos investigados hasta el momento están ubicados en Teocaltiche y Jalostotitlán, al este de Jalisco, en los límites con Guanajuato; en Bacandehuachi, Aguaprieta y Nogales, Sonora; y en Piaxtla, Puebla. Pero todos estos proyectos apenas están en fases exploratorias.
Si bien, Jalisco cuenta con tres depósitos de litio con miras a ser explotados, cuya propiedad está incierta tras aprobarse en la Cámara de Diputados, la Ley Minera que establece a ese mineral como estratégico y de propiedad exclusiva del Estado mexicano.
Teocaltiche es un municipio de la Región Altos Norte, y sus principales actividades son la agricultura, ganadería, y la fabricación de artesanías. La minería no aparece como una actividad del municipio en el sitio del Gobierno estatal dedicado a ese municipio. En el caso de Jalostotitlán, municipio vecino, sus recursos mineros están representados únicamente por yacimientos de minerales no metálicos como caolín, cantera y piedra caliza.
No olvidemos que López Obrador trató de imponer su reforma a la Ley de Industria Eléctrica para dar exclusividad a la CFE en la generación de electricidad. El presidente busca obstruir la inversión privada y es enemigo de las energías limpias y baratas, quiere que el país siga dependiendo de los combustibles fósiles. Si la CFE fuera monopolio estatal, pero eficiente, no habría problema, pero la propia 4T, con su ineficacia, la ha puesto en tela de juicio.
AMLO ha logrado su objetivo de frenar la inversión privada en energía. No ha habido virtualmente ninguna inversión privada en electricidad desde que asumió el Gobierno mexicano, y se prevén nuevos apagones como consecuencia de la mala operación de la CFE.
La incertidumbre jurídica que ha creado en el país ha irritado y ahuyentado las inversiones extranjeras. Ningún dueño del dinero invierte sin reglas claras, y las víctimas de todo eso somos los mexicanos, y bajo estas circunstancias, no podemos esperar nada positivo de la ley minera de AMLO.
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