Hace 50 años surgió en la Mixteca Poblana nuestro movimiento, el Movimiento Antorchista Nacional. Nació como resultado del análisis científico del cerebro creador de nuestro movimiento y de las contradicciones de la realidad mexicana. Efectivamente, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, nuestro dirigente nacional, estudió la realidad concreta de nuestro país y concluyó, con base en los principios científico revolucionarios, que era necesario crear un instrumento para la liberación de los trabajadores de México y para la construcción de una sociedad con bases distintas a la sociedad capitalista actual.
?Al estudiar la realidad mexicana se percató del gran contraste que existe entre la gran riqueza natural y humana que tiene nuestro país y la injusta manera en la que se distribuye dicha riqueza. Efectivamente, la Revolución Mexicana tuvo un carácter burgués; es decir, favoreció a los sectores industriales que estaban naciendo y repartió la tierra entre los campesinos con lo cual, casi de inmediato, se convirtieron en propietarios y, por lo tanto, en pequeños burgueses. En cambio, los obreros se sumergieron en los terrenos pantanosos de la creación de la plusvalía, en la cual los trabajadores entregan su trabajo a los capitalistas sobre la base de las reglas burguesas.
?En este sentido, el conocimiento profundo del pensamiento de Carlos Marx, plasmado en su obra cumbre y genial “El Capital” de 1867, descubrió que el obrero no vende su trabajo; es decir, no le pagan por el trabajo que realiza, pues al hacer un convenio de trabajo con el patrón acuerdan el salario, pero aún no trabaja el obrero, por ende, no vende su trabajo. Entonces qué vende, el obrero vende su fuerza de trabajo, esta categoría fue creada por Marx. La fuerza de trabajo o capacidad de trabajo, según Marx, es “el conjunto de las facultades físicas y mentales que existen en la corporeidad, en la personalidad viva de un ser humano y que él pone en movimiento cuando produce valores de uso de cualquier índole”.
Ahora bien, cuánto debe pagar el patrón por la fuerza de trabajo del obrero. He ahí la clave de la explotación: el patrón sólo paga al obrero lo que cuesta reponer sus fuerzas, su energía para estar listo, trabajar al día siguiente y lo suficiente para garantizar su reproducción; es decir, que en su ausencia haya un hijo que le sustituya como fuerza de trabajo, esto equivale a una canasta básica que, en términos generales, es muy barata y que se traduce en los famosos “salarios mínimos” y que en el caso de México equivalen a 34 pesos por hora, equivalente a un dólar y medio por hora (que muchos trabajadores ni siquiera reciben).
?La fuerza de trabajo, como toda mercancía, tiene un doble carácter: valor de uso y valor, el valor lo acabamos de describir someramente; es decir, cuánto cuesta la fuerza de trabajo; el valor de uso de la fuerza de trabajo es el trabajo. De esta suerte, cuando el patrón pone a trabajar al obrero, a diferencia de las demás mercancías que trasladan íntegro su valor proporcionalmente a la mercancía final, la fuerza de trabajo tiene una cualidad única: crea más riqueza de lo que ella misma cuesta. En este sentido, el obrero trabaja ocho horas, pero en la primera hora (o menos), repone lo que cuesta y, por ende, las 7 horas restantes son gratis para el patrón, de tal suerte que se acumulan en forma de plusvalía, que a la hora de realizar la mercancía se convierte en la ganancia de los patrones, de tal suerte que de la riqueza producida por el trabajo del obrero, al obrero mismo le toca sólo una pequeña parte de la riqueza que él mismo crea.
?Esta condición genera la injusta distribución de la riqueza, y desde el nacimiento de Antorcha a la fecha las condiciones de las clases trabajadoras, lejos de mejorar, han empeorado.
?Por ello, nuestro secretario general vio necesaria la construcción del instrumento que hiciera que las clases explotadas, que las clases desprotegidas tomaran consciencia del proceso social y reconocieran su condición de explotados y crearan una fuerza consciente y bien organizada que tomara el poder político de México y construyera una sociedad en la que el trabajo de los mexicanos sirviera para su propio desarrollo.
?Este instrumento social, el Movimiento Antorchista, sería, entonces, un arma de liberación de las clases trabajadoras y, al propio tiempo, la fuerza que construya una sociedad nueva, superior a la sociedad actual y mejor para todos los mexicanos.
?Pues el mes de marzo es el mes del activismo antorchista y, por lo mismo, quiero aprovechar la ocasión para compartir nuestro reconocimiento a nuestro dirigente y guía del antorchismo, al ingeniero Aquiles Córdova Morán quien ha puesto su ejemplo, su energía, su capacidad de trabajo, su vida a la formación de nuestra organización y sigue en pie y sin rendirse. También un reconocimiento a todos los activistas de nuestra organización quienes, pese a las adversidades, a las complejidades del trabajo, no han desistido y siguen en pie, no han dejado de luchar, están dispuestos a seguir y a trabajar en la difícil tarea de concientizar a los mexicanos y convertirlos en esa fuerza social transformadora a la que está llamada a ser.
?Por ello, llamo a todos aquellos que aun no se han decidido a abrazar el camino de la lucha revolucionaria, a que lo hagan con la seguridad de que estarán invirtiendo sus energías en una causa justa. Que alcanzarán, así, como dijo el Che Guevara, el título más alto al que puede aspirar un ser humano: el título de revolucionario. Nos queda mucho por hacer y debemos hacerlo con decisión. Los tiempos modernos, la realidad actual, llama a nuestra puerta y no tenemos tiempo para vacilaciones. A seguirnos preparando teóricamente, intelectualmente para llevar esos conocimientos al pueblo de México y despertarlo, para poner en práctica los principios revolucionarios y podamos juntos, construir una patria más justa, más soberana, segura y mejor para todos, en el que el hombre “trabaje y viva sin llorar, donde el alma se expanda y vibre tiernamente, como el ave que canta, como el cielo y el mar”, como dice la poesía de nuestro querido maestro, el ingeniero Aquiles Córdova Morán.
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