La sociedad en la que nos tocó vivir va de mal en peor, los políticos de México, en general, nunca han gozado de buena reputación (salvo honrosas excepciones), pero a partir de la entrada de la 4T, que generó tantas expectativas para el pueblo, vamos en picada en los aspectos fundamentales de nuestro desarrollo, como la salud, en la que hemos caído al nivel de no tener ni siquiera vacunas necesarias para los niños y los desastrosos resultados que ha dejado la pandemia con la muerte de más de 600 mil mexicanos; el país se cae a pedazos, pero no hay carreteras ni obras y servicios necesarios en construcción para pueblos y colonias; los salarios no alcanzan ni para adquirir la canasta básica.
Y ni qué decir del aspecto educativo, sabemos por el contacto que tenemos con padres de familia, maestros y estudiantes de la preocupación constante que existe acerca del futuro de los niños y jóvenes, pues México nunca se ha caracterizado por destacar en el buen desempeño en la enseñanza, por el contrario, casi siempre ocupa los últimos lugares en las pruebas internacionales, pero con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al Poder Ejecutivo, nombró como su secretario de Educación a Esteban Moctezuma, a quien le tocó implementar el desastroso programa Aprende en Casa, que dejó a la educación fuera del alcance de millones de estudiantes.
Posteriormente, lo sustituyó Delfina Gómez Álvarez cuya carrera política va en ascenso gracias a la obediencia incondicional mostrada hacia López Obrador, y quien, dejando inconcluso varios cargos públicos por sus aspiraciones políticas, hoy vuelve a renunciar a la SEP dejándola sumida en malos resultados y un mar de confusión respecto a la reforma educativa que no deja claro cuál es el objetivo de eliminar los grados y materias como matemáticas y español, ni por qué se sustituirán y cuál será el mecanismo de enseñanza.
La recién nombrada secretaria de Educación, Leticia Ramírez, quien fue entrevistada en cadena nacional por una reconocida periodista no pudo responder al cuestionamiento de cómo se van a enseñar las matemáticas en la práctica a un niño de segundo grado.
Si la cabeza de la SEP no sabe cuál será el mecanismo de enseñanza, me pregunto, ¿Qué irán a hacer los maestros frente a grupo?, ¿Qué van a aprender los alumnos?, ¿Cómo entenderán los normalistas esta reforma?, ¿A qué lugar quedará delegada la ciencia?, ¿Qué va a pasar con la niñez y juventud mexicana?, ¿Qué futuro académico o laboral les espera? Pues, como hemos visto, resulta evidente que en lugar de combatir el enorme rezago educativo y la alarmante deserción escolar se pretende eliminar la ciencia de la educación
Es vergonzoso para el pueblo mexicano tener como secretarias de Educación a dos mujeres cuyo único mérito es su incondicionalidad hacia López Obrador, y de ninguna manera su capacidad para dictar las políticas educativas en México que tan urgido está de científicos de nivel, que hagan del país un lugar digno para vivir a sus futuras generaciones.
Pero la solución a este y otros problemas no es otra más que la urgente organización de todo el pueblo trabajador para que pueda elegir a gobernantes capaces y preocupados por la educación, salud y bienestar de los mexicanos, y no a aquellos que prefieren aferrarse a cargos públicos para obtener beneficios personales. Si no nos ponemos ahora manos a la obra, mañana será tarde.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario