Poco le duró el gusto a Morena, su fracaso es generalizado en todo el país, desde Baja California hasta Yucatán la gente ya no confía en los “cantos de sirena” del partido en el poder, al contrario, están decepcionados por haber votado por un partido improvisado y compuesto de todos los desechos de los viejos partidos. El mal gobierno anterior y la esperanza de tener una vida mejor, hizo que millones de mexicanos confiaran en que ahora las cosas sí iban a cambiar, que las promesas hechas por “el mesías” eran exactamente lo que México necesitaba, es decir, mejores condiciones de vida, pero los resultados que hoy tenemos son exactamente contrarios.
A todos nos gustaría que las cosas cambien para bien y lo más rápido posible, sin embargo, los cambios no son inmediatos y cuesta mucho, pero, de cualquier forma, cuando un gobierno tiene la suficiente preparación, tiene claro los problemas más complejos, ubica las causas y las combate. Pero cuando solo es un gobierno de ocurrencias y no tiene ni idea de la compleja tarea de gobernar, entonces, no solo es el responsable de que el país de desborone, sino que, tiende a convertirse en un gobierno autócrata, poniendo a su servicio todas las instituciones para poder hacer lo que se le antoje y someter a quienes no sean “santo de su devoción”.
Las pruebas están a la vista, ya en colaboraciones anteriores lo hemos demostrado con datos contundentes, por ejemplo: desde la debacle en la economía, como el aumento acelerado de la pobreza, del crimen común y organizado, la violencia de género, el fracaso en el control de la pandemia del Covid-19, la falta de empleo, falta de obra social, suspensión de los programas sociales esenciales, persecución de los “enemigos” de la “Cuarta Transformación” (4T), el control de los organismos autónomos entre un sinfín de desaciertos más.
A casi tres años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador las cosas están lejos de mejorar por el contrario cada día crece aún más el hambre y la pobreza. Vemos también como la corrupción sigue en aumento en los altos niveles del gobierno, como las instituciones se prostituyen y se utilizan como arma para someter a los “adversarios” o para condicionar el voto del próximo 6 de junio.
La Cámara de Senadores y Congreso de la Unión son dos importantes organismos que representan el poder legislativo de nuestro país, hoy están secuestrados por un grupo de personas que lejos de legislar en beneficio de los ciudadanos, solo están allí para avalar las ocurrencias del gobierno de la 4T.
Así el panorama, Morena, el partido que sirvió de plataforma para que López Obrador llegara a la Presidencia de la República después de ser tres veces candidato, se cae a pedazos. Sufre ya por un cáncer en fase terminal que está acabando con el partido marrón. Cada día que pasa queda claro que Morena no es un partido con bases cimentadas, con un proyecto de nación, que no tienen ni idea de qué hacer con el gobierno, salvo salvaguardar sus intereses personales o de grupos.
Queda patente que donde gobierna Morena, sea el país, los estados o municipios no lo han sabido hacer. Los hechos comprueban una vez más que en nada ha cambiado la suerte de los mexicanos. Si usted no me cree estimado lector, basta con que revisemos la prensa y nos daremos cuenta del mal gobierno de López Obrador, de los gobernadores de los estados de Puebla, Veracruz, Morelos, CDMX o del fracaso de ayuntamientos como los de Macuspana o Jalapa, ambos municipios destacan por ser la tierra natal del Presidente López Obrador. Suma y sigue.
Quintana Roo no es la excepción, Morena se debilita, fracasó como gobierno en los municipios de Benito Juárez, Solidaridad y Othón P. Blanco donde no cumplieron su ofrecimiento de generar empleos y contrarrestar la pobreza que afecta a poco más de la mitad de los habitantes de la entidad. Sin duda alguna, los tres municipios más importantes de Quintana Roo, gobernados por la autoproclamada “Cuarta Transformación”, son los responsables de que aumente la pobreza tanto en el norte como en la capital del estado, por la inacción e incompetencia y porque sus principales intereses, como hemos comprobado, no son con la ciudadanía carentes de empleos, vivienda, servicios básicos y seguridad social por el contrario, lo primordial para ellos es, la ambición por el poder y reelegirse a cualquier costo para continuar enquistados en el erario público.
Es lamentable que los morenistas que hoy tienen el poder y pese a que en sus administraciones hicieron un verdadero desastre, como el caso de Mara Lezama Espinosa y Laura Beristaín Navarrete, ambas estén a la búsqueda de la reelección en los municipios de Benito Juárez y Solidaridad. Si Morena vuelve a ganar en Quintana Roo, las cosas se van a empeorar porque como ya dijimos, tanto a nivel local como a nivel nacional, hay más pobreza, desempleo e inseguridad, derivado de políticas fallidas y erróneas de la 4T, así ha quedado manifestado.
En Othón P. Blanco, donde se encuentra la capital del estado, la situación es la misma, el edil Otoniel Segovia Martínez, además de que las encuestas lo colocan como el alcalde peor evaluado a nivel nacional, en Quintana Roo destaca por el ser el más corrupto.
Por esos desatinos y más, el 6 de junio tendremos la oportunidad de sacar a Morena del poder y evitar que siga dañando a nuestro país. Hacemos un llamado a todos los mexicanos que hemos vivido en carne propia los problemas día a día, a que pensemos en nuestros hijos, en nuestras familias y en nuestro futuro. No perdamos la oportunidad de usar la única arma democrática que todavía nos queda a los mexicanos. Hay que salir a votar de manera masiva por los candidatos de la alianza Va por México o de los otros partidos que puedan hacer contrapeso en el Congreso de la Unión y así, evitar que en nuestro país se pierdan las libertades que tanto nos ha costado a los mexicanos. Vale.
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