De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en tiempos de la 4T ha crecido la pobreza en nuestro país: tan solo en el 2020 hubo un aumento de 3.8 millones de personas en situación de pobreza, en comparación con el año 2018.
Esto quiere decir que en México existen 55.7 millones de personas en situación de pobreza, 10.8 millones en pobreza extrema y 44. 9 en pobreza moderada. El secretario ejecutivo del Coneval, José Nabor Cruz Marcelo, dijo que ese fenómeno se generó porque las transferencias del gobierno no fueron suficientes para compensar la caída de los ingresos laborales de las personas.
Las personas en condición ‘no pobre y no vulnerable’ bajó en 0.2 por ciento, esto significa que disminuyó el número de personas no pobres al aumentarse el rubro de pobres, y con esto aumentar drásticamente la brecha de desigualdad social que se vive en nuestro país.
John Scott, investigador académico del Coneval, afirma que las transferencias aumentaron de forma significativa; sin embargo, se perdió progresividad ya que el decil (en estadística: valor que divide a un grupo) más pobre recibió menos proporción de subsidios.
A pesar de esta terrible y escandalosa realidad sobre el aumento de pobres en nuestro país, los diputados morenistas decidieron recientemenete aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF 2022) el cual generará más pobreza y desigualdad.
Por cuarto año consecutivo en ninguna parte de nuestro país habrá recursos para obras públicas como introducción de agua potable, drenaje, electrificaciones, pavimentaciones que son necesarias en muchas partes de México.
No es suficiente el dolor por el que atraviesan cientos de padres que tienen hijos con cáncer y que se han estado manifestando públicamente a las afueras del Aeropuerto Internacional de la CDMX para exigir medicamentos para sus hijos. Lamentablemente en el PEF 2022 tampoco habrá inversión en infraestructura hospitalaria, equipamiento y abasto de medicamentos.
Asimismo, la educación seguirá siendo deficiente y con pésimas condiciones porque tampoco habrá presupuestos para mejorar las escuelas y el gran recorte presupuestal impuesto al INE será utilizado para los proyectos faraónicos que son importantes para el presidente de la república: Tren Maya, refinería de Dos Bocas y aeropuerto de Santa Lucía. Es decir, con el Presupuesto de Egresos Federal 2022 se obliga a los mexicanos a que paguen la construcción de un tren en el sureste del país, el levantamiento de una nueva refinería y la realización de un nuevo aeropuerto que solo beneficia a grandes empresarios y no a los pobres del país.
El ingeniero, Omar Carreón Abud, en su artículo del domingo 14 de noviembre escribió: “El dinero de todos los mexicanos, también se va a las ayudas en dinero que bajo diferentes modalidades se entregan a los más pobres. No me opongo a ellas. Pero no nos confundamos. Todas esas ayudas, mientras existan, mientras sean el centro de la política social, el orgullo de políticos manipuladores, no serán más que el símbolo de la cadena perpetua a la pobreza a la que están atados los mexicanos. Nunca, en ninguna parte del mundo, esas ayudas han acabado con la pobreza, han sido el gran descubrimiento para que el pueblo se resigne con su suerte, se calle, se inmovilice, agradezca y, cuando los poderosos lo llamen, vote por sus verdugos y los mantenga en el poder para seguirlo explotando, eso sí, `con austeridad republicana` .”
Y es que el pueblo mexicano debe entender que el destino de sus vidas está en manos de una 4T que solo privilegia a unos cuantos, que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 aprobado por los diputados morenistas solo generará más pobreza.
Hoy somos casi 129 millones de pobres en el país y en unos meses seremos más, pero el rezago social de cientos de comunidades será peor: la educación será escasa, limitada y mala; en Salud continuará el desabasto de medicamentos, la poca atención médica y el acceso a ella muy restringida.
En la Cámara de Diputados no hay verdadera representación popular que vele por los intereses de sus mexicanos; por el contrario, están al servicio de los caprichos de un solo hombre que ha contribuido a aumentar la pobreza en nuestro país y a agrandar la brecha de desigualdad social. Esto puede cambiar solo con la verdadera unidad social y una real representación popular, porque para combatir los males del país hace falta mucho más que mañaneras guangas; es necesaria una reforma fiscal progresiva, empleo para todos, mejores salarios y una justa distribución equitativa del gasto social.
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