MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Qué de raro tiene Palestina?

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La guerra dentro del capitalismo es ley. Los países imperialistas que tratan de convertir al resto del mundo en un simple servidor de sus intereses emprenden guerras ofensivas; quienes se resisten a ser sometidos, avasallados, entran al campo de batalla en un ejercicio de legítima defensa. Los países imperialistas, al tener el control de los grandes medios de comunicación, difunden la visión de los poderosos y mienten para justificar sus ataques: presentan siempre al agresor como el agredido y al agredido como el agresor.  

Es esto lo que ha ocurrido, c por b, en los más recientes conflictos armados en el mundo y su nuevo y cruel episodio: Israel contra Palestina; los grandes centros de noticias con sede en los Estados Unidos, que llegan gracias a los medios locales, las redes sociales y los “smartphones” hasta la última palma de mano humana, han presentado a Israel como la víctima que no ha hecho más que defenderse del terrorismo de Hamás, grupo gobernante en la Franja de Gaza, al que catalogan como grupo terrorista, pues efectuó un feroz ataque el día 7 de octubre que cogió desprevenidos  a los israelíes en su propio territorio. De aquí tomó los argumentos el gobierno de Netanyahu para, en legítima defensa -según la versión proisraelí-, emprender una brutal embestida contra el inerme pueblo palestino que hoy ve en derredor solo destrucción y muerte, como justo castigo a su agresión. 

Nada dicen los grandes manipuladores del mundo sobre el hecho de que los palestinos llevan defendiendo su territorio al menos desde 1947 cuando una masiva inmigración de judíos que pretendían fundar un estado con el impulso y protección de los Estados Unidos e Inglaterra los empezó a arrinconar. El estado de Israel se fundó en 1948 sin importar que le quitara su territorio a Palestina; desde entonces, por la fuerza, se ha venido reduciendo a casi cero el territorio de los palestinos. Fue esto algo muy parecido, posible lector, al siguiente burdo ejemplo: usted vive tranquilamente en su terreno heredado por sus padres cuando viene el grandulón de la calle, armas al cinto, a "sembrarle” un vecino agresivo dentro de su jardín; luego, por sí y ante sí, le presenta un nuevo plano de cómo queda distribuida la propiedad, le entrega su arma al protegido y lo deja así, por la fuerza, en ilegal posesión de parte del predio.

Acto seguido el grandulón se retira no sin antes asegurarle al invasor y al invadido estar pendiente de ellos, para bien de uno y mal del otro.   En seguida el impuesto inquilino, apenas tomar posesión, empieza a quitarle a usted progresivamente más terreno y sigue y sigue hasta que lo deja en la calle, despojándolo totalmente de su añeja propiedad. ¿Usted aprobaría esto? ¿Quedaría muy conforme de que lo poco que tiene le sea arrebatado? ¿saldría usted sin chistar de su predio apenas oír tronar los dedos del invasor? ¿llevaría a los suyos fuera, voluntariamente, a vivir de la mendicidad, desprovisto de medios de vida? 

¿Qué pretendían los Estados Unidos, Inglaterra y adláteres al utilizar a la ONU para imponer un nuevo Estado en Oriente Medio, sin respetar a sus legítimos dueños? Defender sus intereses económicos. Por eso no han dudado en respaldar y financiar a su protegido para armarse hasta los dientes y seguir colonizando, aun a costa de caer abiertamente en el fascismo exterminador de un pueblo entero. Ahora, contra toda lógica y derecho, los sentenciados se volvieron verdugos.  Para que no quede duda de que esto es así vayamos a los números: “La Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció el 20 de octubre que los bombardeos israelíes ya han destruido una tercera parte de las viviendas que existían en Gaza.” (www.voltairenet.org); así se entiende, más el bombardeo de carreteras, recintos religiosos, escuelas y hospitales, que hoy se cuenten del lado palestino 1.5 millones de desplazados, 4651 fallecidos, (entre estos 1873 niños, inocentes si los hay, y 1023 mujeres), 14,245 heridos y 1450 desaparecidos según el Ministerio de Sanidad de Palestina (22 de octubre de 2023, www.actualidad.rt.com). Los gobernantes israelíes están cometiendo, a la vista de todos, crímenes bestiales en Gaza y Cisjordania, los últimos reductos palestinos.  

Este genocidio en marcha es el que ha hecho que cada vez más la gente buena del mundo salga a las calles para detener la mano de los asesinos. Pero esto no ha hecho que los guerreristas norteamericanos y sionistas se detengan; justo apenas, 20 de octubre, Joe Biden, presidente de los EE. UU. Anunció en discurso ampliamente difundido su petición de 100 mil mdd para financiar con una “inversión inteligente” las guerras de Israel y Ucrania. La Unión Europea toma cualquier gesto de Biden como una orden imperial y lo secunda, como lo hará seguramente hoy también. 

Los movimientos espontáneos aun cuando sean legítimos, son de corto alcance, pues suelen ser impulsados por alguna crisis que luego se apaga para que las cosas sigan igual, puesto que no se ataca la raíz del problema, sino solo uno o varios de sus efectos. Con todo y esto, es una gran noticia para los luchadores sociales del mundo el reconocer en las marchas de apoyo a Palestina el elemento del que puede nacer la consciencia de la lucha por un mundo nuevo. Todas las manifestaciones de este tipo que se han visto son contra la injusticia y el abuso sobre un pueblo que no ha cometido más pecado que defender su casa y pedir que se le deje vivir en paz. Hoy vemos tal respuesta de los pueblos ante una injusticia asaz cruda; hay que enseñarle a los trabajadores que esta es solo la expresión más horrorosa, pero que el abuso y la muerte los lleva en las entrañas el sistema económico actual, ya que les niega salud, vivienda, trabajo, buenos ingresos, alimentos... en una palabra, los condena a vivir en tormento eterno, solo que de manera disfrazada, menos descarnada y cínica que como hace ahora con el sufrido pueblo árabe. 

Los parias de la tierra deben interesarse por conocer las leyes del mundo capitalista pues son las que, lo sepan o no, rigen sus vidas. Los hombres y mujeres de a pie deben conocer más de lo que los medios de comunicación dominantes les permiten conocer. Para conocer cómo funcionan las cosas en el mundo y sepan construir una sociedad mejor, los trabajadores del mundo deben estudiar el Materialismo Histórico, la ciencia fundada por Carlos Marx en el siglo XIX. Y para que tengan una versión más asequible de esta ciencia aplicada a la realidad actual, el pueblo mexicano puede acudir a los textos de la revista buzos de la noticia, a los escritos de los dirigentes de primera línea del Movimiento Antorchista Nacional, Aquiles Córdova Morán, el primero. Para entender la realidad actual y saber cómo transformarla, no hay más remedio que estudiarla. Protestemos por todas las vías posibles contra la masacre de la que es objeto el pueblo palestino, pero al mismo tiempo demos pasos firmes para cambiar las reglas del juego por unas que no chorreen sangre por doquier. Se puede, se necesita, y urge.


 

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