Cifras recientes de la Secretaría de Salud federal señalan que en lo que va de 2023, Yucatán lidera en enfermedades de salud mental, como la depresión, estrés y ansiedad, entre otras, mismas que tienen un incremento del 39.2 por ciento comparado con 2022. Por su parte el Observatorio de la Salud Integral en Yucatán, señaló que la ansiedad, estrés e insomnio son enfermedades mentales que afectan a 650 mil personas, las cuales derivan en problemas mayores como el suicidio.
?En el Estado la enfermedad predominante es la depresión, que quita aproximadamente 642 años de vida saludable por cada 100 mil habitantes. De acuerdo con la información del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, se han notificado mil 76 casos de depresión, que afectan principalmente a las mujeres. Mientras que el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas indica que los trastornos mentales y de la conducta, como esquizofrenia, depresión, bipolaridad y ansiedad, han reducido en la Península cuatro mil 484 años de vida saludable por cada 100 mil habitantes.
?Otra de las enfermedades más presentes entre los yucatecos es la ansiedad, que ha robado 350 años de vida saludable; este padecimiento se hizo más notorio en la pandemia, principalmente en niños y adolescentes, según datos del Centro Integral de Salud Mental (Cisame) de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY), encontrándose que el número de personas con esta enfermedad incrementó del 13 al 24 por ciento en los jóvenes de entre 27 y 29 años.
?Con estos datos, la entidad ocupa el primer lugar a nivel nacional en Años de Vida Perdidos (AVISA), seguido de Quintana Roo, con 445.3 años; Campeche, con 492 años perdidos; en cuarto lugar, Tabasco, con 431.8 años y, en quinto lugar, con 410.7 años, se encuentra, Baja California Sur.
Ahora bien, algunos expertos señalan que dichos padecimientos se relacionan principalmente a factores como la falta de recursos o problemas sentimentales, al exceso de ruido y contaminación en las ciudades, las altas temperaturase incluso al crecimiento poblacional; sin embargo, el primer factor es determinante en el incremento de estas enfermedades mentales.
Para el especialista en Psiquiatría, Dr. Gaspar Baquedano, titular del proyecto Escuela de Conciencia (ECO) y encargado del Programa Integral de Atención al Suicidio (PIAS) del Hospital Psiquiátrico “Yucatán”, destaca como detonante de estos padecimientos en los Estados del Sureste del país, las condiciones de pobreza que prevalecenen la región; por lo tanto, cuando se habla de depresión y otros trastornos, no es solamente por cuestiones químicas del organismo, sino que tiene que ver con las condiciones económicas y estructurales: “Hablamos de que la Península está en los primeros lugares en estos rubros, desde hace años, porque es una zona muy pobre y más hablando de todo lo que es la zona maya, las áreas rurales. Somos muy pobres, aunque en el discurso insistan en que vamos muy bien”, señaló.
Es decir, las condiciones de pobreza y precariedad generan ansiedad, preocupaciones y demás factores que pueden desembocar en trastornos severos, ya que en el caso de la depresión grave suele ser el primer paso para el suicidio, y no olvidemos que Yucatán ocupa el segundo lugar del país en muertes autoinfligidas, -de acuerdo con los informes presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía- porque la atención en salud mental registra un rezago importante, ante la falta de asignación de mayores recursos y a la poca efectividad de las políticas públicas para una atención adecuada.
Los datos son preocupantes, ya que los más afectadospor las enfermedades, incluidas las mentales, son los olvidados de siempre; ya que, según las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, un millón 400 mil yucatecos, viven entre la "línea" de la pobreza y la pobreza extrema, y no cuentan con los ingresos necesarios para el mantenimiento de su familia, y si el factor económico es detonante en los padecimientos de salud, así se explica el incremento (39.2 por ciento) registrados en los problemas de salud mental.
Urge que los distintos niveles de gobierno, en particular el gobierno federal, destinen una cantidad mayor de recursos al gasto funcional en salud, ya que, durante los primeros cinco meses de este año, el gasto destinado se ubicó en 240 mil 28 millones de pesos, 10.8 por ciento menos que lo ejercido en el mismo periodo del 2022; la mayor caída de la cual se tiene registro desde el 2007, cuando la Secretaría de Hacienda empezó a detallar el gasto por clasificación funcional.
Sin embargo, hoy todos los mexicanos sabemos que la preocupación oficial, no está puesta en mejorar las condiciones de salud de los sectores más desprotegidos, sino en posicionar sus “corcholatas” en la opinión popular, gastando millones, que bien servirían en la prevención y atención de enfermedades u otras necesidades de primer orden para los millones de pobres que lo necesitan.
Por eso es tan importante que los yucatecos pobres cobren conciencia y entiendan que la solución a los graves problemas económicos y sociales que vivimos, entre ellos el de salud, es un cambio de modelo económico promovido y realizado por los menesterosos de esta patria, y para lograrlo, hace falta más que un mesías o caudillo social, falta un proyecto integral como el que propone el Movimiento Antorchista Nacional y que la gente se eduque y organice con disciplina, hasta lograrlo.
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