Los antorchistas de Quintana Roo denunciaron, mediante conferencias de prensa y todos los medios a su alcance, las amenazas de muerte en contra de Daniel Osorio García, Víctor Manuel Jiménez Esteban e Isaías Góngora González, todos integrantes del Comité Estatal del Movimiento Antorchista.
Cito del comunicado del Movimiento Antorchista lo siguiente: “el martes pasado, se tuvo conocimiento que, en un lote baldío ubicado en una colonia de la periferia de la ciudad de Cancún, se halló el cuerpo sin vida de una persona no identificada y bajo él una manta con amenazas de muerte en contra de líderes antorchistas (los mencionados arriba) y otras personas. Además, la mañana del día 08 de junio se registró otro hecho en la ciudad de Playa del Carmen, a escasos metros del domicilio donde se encuentran las oficinas de la Unión de Profesionistas Sureños “José Martí A.C.”, filial del Movimiento Antorchista, mediante el cual se realizaron detonaciones de armas de fuego y se dejó otra manta con leyendas similares a lo siguiente: “Dejen de estar vendiendo terrenos, pertenecen al pueblo de Solidaridad y Lázaro Cárdenas”.
Ante esto, Daniel Osorio García, líder estatal del antorchismo en Quintana Roo, manifestó que “todas las acciones que realiza la organización por sí misma o mediante alguna de sus personas morales afiliadas al movimiento, están hechas conforme a la legislación civil vigente, lo cual se acreditará oportunamente antes las autoridades correspondientes, por lo que se sospecha que dichas amenazas obedecen a intereses de personas que actúan fuera de la ley, y que ven sus intereses lacerados mediante el actuar honrado, lícito y transparente de la organización”.
Menciono, porque creo que relevante, que en Quintana Roo existe un grave y creciente problema en cuanto a violencia, de acuerdo a los números oficiales de incidencia delictiva, se han registrado 482 homicidios en la entidad en los primeros cuatro meses de este año, en el mismo periodo de 2018, hubo 235 asesinatos, menos de la mitad. Hay múltiples hechos que pueden pintar de cuerpo entero el fenómeno que yo menciono, la delincuencia organizada está desatada.
Quintana Roo, además de atravesar por esta violenta coyuntura, también acaba de enfrentar una elección para designar al nuevo gobernador del estado, una elección que según el buen criterio de los especialistas se vio afectada por acusaciones en la compra de votos, además de una pobre asistencia a las urnas, un fenómeno político que merma autoridad a todas las victorias donde se ven estas condiciones, pero además, podría leerse como parte o consecuencia, de la terrorífica condición en que los quintanarroenses viven al día a día, es más seguro para ellos seguir en casa, no salir ni porque de ello dependa el futuro de su estado, triste pero hasta cierto punto entendible.
La situación de Quintana Roo es una escala del terror en que vivimos los mexicanos, y algo curioso, también es el reflejo de una mala decisión a la hora de elegir a los nuevos gobernantes. Mara Lezama, ahora gobernadora electa de su estado era hasta hace apenas unas cuantas semanas la alcaldesa de Cancún, una de las ciudades más peligrosas de México. La última encuesta de seguridad urbana del INEGI, señaló que al menos el 80 por ciento de los residentes mayores a 18 años considera que vivir allí (en Cancún) es inseguro. La estadística apunta además una caída en la percepción de la inseguridad entre diciembre del año pasado y marzo de este año de más de cinco puntos.
Es curioso que esta serie de anomalías sucedan, pero, sobre todo, conviene que como buenos observadores no perdamos de vista ningún elemento de lo que en este estado acontece. Me sumo al justo llamado que hacen los Antorchistas de Quintana Roo, a que el gobierno del estado tome las cartas sobre el asunto y brinde la seguridad necesaria a los Antorchistas y todos aquellos que han sido amenazados por la delincuencia organizada, pero, sobre todo, insisto, en que también la gobernadora electa debe tomar con sumo cuidado las amenazas hechas contra sus futuros gobernados. La vida nunca será asunto menor.
Los antorchistas de todo el país velamos por la seguridad de cada uno de nuestros compañeros y no permitiremos ninguna omisión. De la gestión que entra a Quintana Roo no quiero pensar mal, como algunos que han dicho ya sobre que hay un paquete de poder y ese paquete de poder es una alianza entre el narco y el gobiern, lamentable sería que esto fuera cierto.
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